EL EXODO DE LOS CENTROAMERICANOS

La marcha de los inmigrantes de Honduras, Guatemala y Salvador a Estados Unidos refleja uno de los éxodos más terribles de la sociedad posmoderna; dado que no ocurre por una guerra, no ocurre por hambruna y tampoco porque el país donde quieren llegar (USA), los recibirá con los brazos abiertos; entonces cual es la principal razón, ¿es antigua o es nueva?

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Cuando en una reunión con dos hondureños, les pregunte si podrían describirme su país: uno de ellos tomó una servilleta grande que había en la mesa, la arrugo entre sus manos y la tiro sobre la ella, la servilleta quedo arrugada y comenzó a abrirse como un abanico desordenado; así es mi país me dijo, lleno de montañas y valles, unos más anchos y otros más angostos. El país de origen de este éxodo es Honduras, con cerca de 11 millones de hectáreas y 9 millones de habitantes, tiene una densidad poblacional alta; con un ingreso per cápita bruto de U$$4.700.

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En este país, los que han gobernado por siempre es una oligarquía terrateniente histórica con dos partidos políticos de derecha, que se alterna en el poder casi desde siempre. La pobreza alcanza al 70 % de su población, la corrupción es altísima y se encuentra entre los países más violentos del mundo, con una de las tasas más altas de asesinatos por año y por población.

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 Los EEUU tienen bases militares desde la década del 80, y desde estas se lideró la contrarrevolución contra la liberación de Nicaragua dominada por el Dictador Somoza. Los partidos de izquierda y los lideres progresistas que ha tenido, la mayoría de ellos han sido asesinados o perseguidos, y exiliados voluntarios o a la fuerza.

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En los tres países que forma parte de este éxodo, donde mayoritariamente son hondureños, existen Las Maras, grupos o bandas de narcotraficantes que han llegado a controlar parte importante de cada uno estos países, a través del asesinato y el miedo. Es significativo que estas bandas hayan nacido en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos; y que en un momento en este país decidieran expulsarlos de las calles y de las cárceles norteamericanas a sus países de origen, sin ningún control. Los resultados están claros: se sembró el terror, el asesinato despiadado y la corrupción.

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El penúltimo intento de llevar este país a un proceso de cambio y a algo más decente, fue del Presidente Zelaya, quiso hacer un proceso constituyente y parte de su partido lo apoyó.  La oligarquía se opuso con la venia de Estados Unidos, se le realizó un golpe de estado y tuvo que salir exiliado.

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Esto puede explicar en parte importante porque, la mayoría de los que van en esta marcha, a buscar un mejor destino a EEUU, sean hondureños; tienen muy poco que perder, y muchos de ellos lo hacen por sus hijos que ven que en su país no tiene ningún futuro.

 

Lo extraño es que la derecha de nuestro país nunca se ha referido a estas situaciones; solo se les escucha hablar de Venezuela y Cuba; pero ahora que Chile le gano un partido a Honduras puede que se interesen en conocerlo, aunque no lo creo.

(Las verdades que por sabidas se callan; por calladas se olvidan. Miguel de Unamuno)