Tendencias mundiales que marcan el devenir y que tienen o tendrán un impacto en América latina y Chile.

Es obvio decir que Chile no es un país aislado del resto del mundo y que muchos de los fenómenos y situaciones que se generan en diferentes partes de nuestro planeta tienen un impacto en nuestro país. Pero cuales de ellas son más importantes y significativas para nuestro devenir; es la intención de este relato.

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Desde el punto de vista económico, los efectos que tuvo la crisis sub-prime el año 2008, en el mundo todavía se notan y dejó roturas importantes en el capitalismo mundial; las crisis son recurrentes y esta última fue significativa. La economía mundial crece más lentamente y será difícil ver crecimientos en las economías emergentes sobre el 5 %.

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El tema de la inversión, el tipo de trabajo y el empleo; nuestra economía toco techo (en su forma rentista y sobre fundamentada en los recursos naturales), y requiere una reingeniería que dé cuenta y se abra a nuevas inversiones y formas de empleo. Se requiere en forma urgente desarrollar una nueva re-industrialización para Chile.

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La desigualdad ha ido aumentando fuertemente en algunos de los países desarrollados, donde más se deja a los mercados y se desarrolla la ideología neoliberal. Esta conlleva, sumando otros mecanismos, a altísimos valores de las viviendas y de la tierra y muchas de las fortunas ven en el desarrollo inmobiliario un nicho para sus inversiones, que hoy también es una tendencia en Chile.

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La inmigración es otro fenómeno del siglo XXI, y que se ha ido acentuando, por las graves crisis económicas y sociales en algunos países, las facilidades en el movimiento y tráfico de personas, y donde los países de ingresos medios se ven obligados a re-definirse frente a estos cambios. En este sentido Chile, requiere enfrentar este tema con un sentido de derechos humanos y de factibilidad de atención en forma regulada.

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Demandas sociales al estado o la democracia, por sectores más o menos específicos. Algunos históricos como la independencia de la mujer y el feminismo; otros más nuevos como el matrimonio igualitario; el aborto libre; la necesidad de la eutanasia, la legalización de drogas y otras; son parte de este siglo emergente. Este fenómeno, puede llevar a veces, a perder de vista las necesidades más generales y urgentes de la población más precarizada, que es mayoría en este país.

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La búsqueda y el des-encuentro del individuo, encerrado en el mito de la libertad, expresado en el individualismo y su soledad, es uno de los grandes desafíos de la sociedad contemporánea; como transitar de esta situación a un ciudadano-individuo, con conciencia social, política y comunitaria.

 

Este es un mundo más diverso e individualista que el que toco vivir a nuestros padres y otras generaciones anteriores. Tiene lo mejor, que no existe un solo patrón dominante y que ordenaba la vida de las personas, pero es un buen aliciente para alojar la angustia, dado que te obliga a la búsqueda de identidad.

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Tiene los desafíos de comprender y acercarse a los procesos nuevos y tiene el desafío de ampliar la mirada, la tolerancia y también la búsqueda de nuevos caminos.

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Ante un mundo más diverso, la regulación por parte del Estado viene a ser una premisa necesaria; y una paradoja:  un estado más fuerte para tener más libertad.

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Debemos desarrollar un nuevo clivaje entre individuo y el colectivo; entre sociedad y política; entre izquierda y mayorías. Una economía mixta y un estado social de derechos.

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(El mundo es un buen sitio y vale la pena luchar por él. Ernest Hemingway).