EL SISTEMA DE ASIGNACIÓN DE RECURSOS DEL ESTADO EN EL GASTO FISCAL, ¿SE PREOCUPA REALMENTE DE LAS PERSONAS?

Muchos ciudadanos se preguntan cuál es la razón de que el Estado disponiendo de recursos permite que  estos no se utilicen en lo que realmente la gente común  anhela. Por ejemplo todos los años nos informan  que los presupuestos  aumentan en aquellas áreas  de relevancia social, como salud y educación, pero en estas no se observan avances adecuados, a pesar de lo que los medios de comunicación informen lo contrario.

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Por ser un tema técnico, es común que se desconozca la forma en que finalmente se distribuyen y aplican los recursos financieros fiscales. Por ejemplo sabe usted que la fórmula de asignación, control y aplicación de éstos viene  de una ley creada en el año 1975, que ya sufre de una obsolescencia desmedida, o que las reformas administrativas y tributarias realizadas a partir del año 1974, aportaron a alejar las políticas públicas de la vida común de los ciudadanos.

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Si bien es cierto, el mundo ahora es más complejo y existen mayores dificultades en cuanto a las necesidades de la población, ello  no  justifica la lejanía que existe hoy  entre la forma en que se aplican y controlan los fondos, y las necesidades reales de las personas, o en definitiva como el estado se relaciona con los ciudadanos en este tema.

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El modelo económico se basa en la competencia y la libertad para buscar las mejores alternativas de negocio, con un Estado que no tiene todas las facultades de regulación, permitiendo que el privado busque libremente el negocio que le permita tener la mejor rentabilidad de su capital. En cambio, con los recursos del Estado, hoy día no existe libertad de buscar las mejores alternativas que produzcan una verdadera mejora en  la vida de las personas. La primera preocupación del  proceso financiero del Estado actual es tener el control a fin de manejar el gasto público y que este no afecte la economía y por ende el mercado. Es decir, las finanzas públicas son diseñadas año a año para la economía mercantil y no pensando primeramente en las necesidades de las personas de nuestro país, que debe ser el objetivo central del Estado.

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De otro lado, con la explicación de la Transparencia y Libre competencia, los recursos que el Estado año a año aplica benefician a las grandes transnacionales y holding nacionales, en desmedro de los negocios locales y emprendimientos regionales, haciendo más costosa y compleja la ejecución de proyectos y afectado directamente a la descentralización. Se asignan recursos a una región para ejecución de proyectos, pero la normativa permite que empresas de fuera de ella obtengan utilidades las cuales en su totalidad se centralizan o derechamente salen del país, lo que obviamente limita el desarrollo, especialmente en zonas extremas. Esas cifras podrían mejorar las condiciones de vida de las personas. No se requiere limitar la economía y la libertad de negocio, pero  no se debe permitir el abuso y exceso de utilidades, versus un bajo retorno de beneficios para las personas, en desmedro del bienestar común.

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La democracia y sus actores tienen una profunda deuda en este asunto, ya que han preponderado el control y una mala entendida transparencia en la aplicación de los recursos públicos, olvidando que el ciudadano necesita sentir que realmente es escuchado y que en las decisiones de asignación de recursos son  para el bienestar común y no pensando en la gran empresa. Además se da cuenta que la Política Comunicacional de los gobiernos de post transición está por encima de  la Política Humana y Social, y que el efectismo se ha tomado las entrevistas y  las noticias en los medios de comunicación, creando imágenes irreales de un país distinto al que vemos día a día en la calle, los barrios, poblados, escuelas, consultorios, etc…  Es necesario decir basta a las macro cifras y hay que decir bienvenidas las cifras con sentido humano y social.

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Pronto seguiremos analizando este tema con mayor profundidad y detalle, complementándolo también con la perspectiva de la “Evaluación Social de Proyectos” aplicada en la actualidad en la Inversión Pública.

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