Feminismo: La nueva política feminista y la auténtica democracia

¿Podemos llamarnos ciudadanas en un sistema donde somos objetos y no sujetos de derecho? En un sistema que decide sobre nuestros cuerpos, que nos discrimina en todos los ámbitos, (sueldos, pensiones, educación, salud, trabajo) y nos violenta física y sicológicamente a lo largo de toda nuestra vida, entonces podemos decir que nos encontramos en un régimen que no nos considera ciudadanas en plenitud.

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Sin duda, la fuerza y el coraje de miles de mujeres que, por décadas, han luchado y han ganado grandes batallas dentro de la sociedad patriarcal global, enmarcadas en tres grandes etapas: lucha por el sufragio; lucha por los derechos civiles; y la lucha por la diversidad, han generado puentes en los vacíos que aquejan la historia. 

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En la actualidad, en nuestro país, la ola feminista va mucho más allá que una explosión de denuncias de acoso en universidades o por altas tasas de femicidios ocurridos durante el último tiempo, la ola feminista es el resultado de años de organización y reflexión en distintos espacios, que busca algo mucho más complejo que la necesaria exigencia de protocolos y sanciones.

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Es momento de una nueva forma de hacer política, nuestro país está atravesando por un momento especial, se palpa la necesidad de un proyecto nuevo que encarne la posibilidad real de cambiar el rumbo de nuestra historia. No basta con incluir en el papel la declaración de ser un partido feminista[i]. Nos encontramos en un momento en que ya no estamos dispuestas a dejar que las demandas feministas queden en manos de quienes no tienen real interés en su concreción. Es hora de exigir lo que nos corresponde como verdaderas ciudadanas y lograr la erradicación de los vicios patriarcales ya que es la única manera que la historia no se vuelva a repetir y todo quede en hermosas teorías.

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La nueva política, feminista, debe trabajar en la formulación de alternativas que se enmarquen en un Chile post neoliberal, adaptable a los rápidos y constantes cambios de la sociedad, sin renunciar a su esencia. A su vez, debe ser capaz de atraer un amplio apoyo popular y de diferenciarse de la política actual, que subordina la democracia a la lógica del capitalismo y el mercado. Como mujeres, lo entendemos y tenemos la convicción que somos nosotras quienes debemos tomar el protagonismo en esta lucha porque la nueva política y la auténtica democracia debe ser feminista.

 

[i] “El partido socialista se declara feminista y antipatriarcal. El feminismo socialista aspira a la igualdad entre hombres y mujeres, en todos los ámbitos de la vida política y social, tanto pública como privada, y procura la creación de una nueva sociedad, en la cual se ponga fin a todo tipo de desigualdades y discriminaciones, entendiendo que sus fuentes principales, aunque no exclusivas, son la clase y el género”. (Conferencia de Organización y Programa del Partido Socialista, realizada el 23 de junio de 2018).

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[1] “El partido socialista se declara feminista y antipatriarcal. El feminismo socialista aspira a la igualdad entre hombres y mujeres, en todos los ámbitos de la vida política y social, tanto pública como privada, y procura la creación de una nueva sociedad, en la cual se ponga fin a todo tipo de desigualdades y discriminaciones, entendiendo que sus fuentes principales, aunque no exclusivas, son la clase y el género”. (Conferencia de Organización y Programa del Partido Socialista, realizada el 23 de junio de 2018).

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